lunes, diciembre 25, 2006

Tan triste como cierto.

Es duro perder al ser más querido por otra persona, sin saber que fallo has cometido para que se fije en otro. Es difícil seguir adelante sabiendo que contigo no volverá, y todo lo que pasó en un corazón permanecerá. Dirás que ya no la quieres, dirás que la has olvidado pero cuando te invada la soledad por ella seguirás llorando. Pensarás en todo aquello y en todo aquello seguirás pensando, y aunque pase el tiempo jamás podrás olvidarlo. Las noches serán oscuras, frías y tristes pensarás muchas veces porqué existes. Querrás quitarte la vida, olvidarla no podrás y por muchos mundos flotar, pero cuando vayas a hacerlo te pondrás a llorar. Serán lágrimas de amor y al mismo tiempo de dolor, ya que con el se ha ido y no ha tenido compasión, te dolerá ahí dentro en el corazón, verlo con el y entregarle lo que a ti no te dió.

sábado, diciembre 02, 2006

Profesor Ideal

Los jóvenes de hoy en día idealizan su profesor en la siguiente figura humana:


En primer lugar, sería importante que dicho profesor tuviera la capacidad de transmitir los conocimientos de la materia de una forma clara y fácil de entender para el alumno, de modo que favorezca el aprendizaje. Además, a la hora de memorizar los contenidos, será también más sencillo siempre y cuando se complemente la explicación con algún ejemplo que sea curioso, impactante ó anecdótico.

En segundo lugar, otro aspecto de importancia es el "clima" en el que se desarrolla la clase, y por tanto, el proceso de enseñanza y aprendizaje. Para favorecer este proceso, considero que se debe partir desde la base del respeto. Conseguido esto, será posible introducir en las explicaciones un tono agradable y en el que se incluyan notas de humor, por decirlo de alguna manera. A mi juicio, en una clase en la que lo pasas bien, aprendes mejor, debido a que se presta mayor atención, se pone mayor interés y se combate el aburrimiento. Si el profesor es capaz de conseguir crear este "clima" o ambiente, hay más posibilidades de que la enseñanza tenga éxito.

En tercer lugar, es importante que un profesor pudiera llevar un seguimiento individual de cada alumno, ya que es obvio que la capacidad de aprendizaje de cada persona viene dada por características biológicas, en primera instancia, y por características sociales, en segundo plano. Es decir, depende de la inteligencia con la que nace cada individuo, pero también depende de la constancia, y las ganas de aprender de cada uno. Si el profesor consiguiera tratar a cada alumno individualmente y pudiera evaluar su progreso, a la hora de felicitar por un esfuerzo, o castigar por un desinterés, cambiaría la escala de puntuación clásica (de 0 a 10), ya que no solo se valorarían los conocimientos adquiridos, sino también la capacidad de aprendizaje de la persona. Ambos factores son igual de importantes para evaluar el desarrollo intelectual de una persona.

En definitiva, creo que el profesor ideal que propongo no existe, y si existiera, no tengo el gusto de conocerlo aún.